Parece que la Ruta Mitológica Leonesa está de moda, y no es para menos. De reciente homologación como sendero local (SL – LE 7), es una propuesta novedosa, sencilla y para todos los públicos, que se adentra en uno de los hayedos más impresionantes de la provincia de León. Las marcas habituales de los senderos locales son verdes y blancas, aunque en este lo que hay son señales y letreros, lo que hace imposible que alguien pueda perderse. Una de las grandes ventajas de la Ruta Mitológica Leonesa es que podemos combinarla con otros senderos de la zona y dedicar el día entero a «zapatillear» por la zona.
El PR del Valle de Salio es una estupenda opción, ya que comparte parte del recorrido con la mitológica pero abarca una zona más amplia y añade paisajes sorprendentes a la propuesta. A diferencia de la anterior, este PR (sendero de pequeño recorrido) no está homologado, aunque esté señalizado como tal con marcas amarillas y blancas. Adelanto que hay un tramo de este sendero en el que no hay marcas y sí puede ser fácil despistarse. Más abajo os comento qué tramo es y cómo resolverlo.
Salio fue un pueblo que pertenecía al municipio de Pedrosa del Rey, en la comarca hoy conocida como Montaña de Riaño. «Desapareció» en el año 1987, o más bien fue forzosamente desalojado, destruido y aniquilado por orden gubernamental, junto con los pueblos vecinos de Anciles, Éscaro, La Puerta, Riaño, Pedrosa del Rey y otros, con el objetivo de construir el actual embalse.
En la propuesta de hoy combinaremos ambas rutas para no perdernos nada de ninguna de ellas.
Para ubicarnos bien, vamos a echar un vistazo al mapa. La ruta marcada en amarillo se corresponde con el PR del valle de Salio, y la que está en naranja es la Ruta Mitológica Leonesa:
Los puntos marcados en el mapa son los cinco lugares donde podemos encontrar los seres mitológicos. Están puestos en ese orden porque es el orden en el que se descubren si seguimos esta propuesta de ruta en la que se combinan ambos senderos.
Para empezar…
Comenzaremos esta ruta en el punto que está indicado como el final de la Ruta Mitológica Leonesa, con lo que recorreremos la primera parte de esta en «sentido contrario», al menos en sentido contrario al que se indica en los letreros. Por tanto, nos encaminaremos a este punto:
Tras un tramo de pista, ganaremos altura y llegaremos a la parte más bonita del hayedo rápidamente. Esta subida inicial es para tomársela con calma, pero ofrece buenas recompensas.
El mirador del Reñuberu (punto 1)
El primer punto de interés de la Ruta Mitológica Leonesa es este mirador. Hace referencia al Reñuberu por ser una criatura a quien le gustaba divisar todo desde las alturas, aunque no exista una escultura dedicada a él. Eso sí, desde aquí obtendremos una buena panorámica de la zona.
El Diañe (punto 2)
Ya inmersos en este bosque de cuento, encontramos la primera de las cuatro esculturas de madera que representan seres mitológicos de estas montañas. El Diañe es un diablillo que vive en los bosques y que suele gastar bromas a los paseantes, como hacerse pasar por un caballo y acabar tirando a unas zarzas a quien lo monte.
La Mora o la Xana (punto 3)
Un poco más allá, descubrimos al lado de una pequeña laguna a la Mora. Es un espíritu de la naturaleza con forma de mujer, que vive en el agua, donde guarda grandes tesoros. Se hace visible durante la noche de San Juan, cuando sale del agua con una madeja de hilo de oro. Quien logre deshilar la madeja se llevará la fortuna, pero si el hilo se rompe acabará en el agua junto a ella.
Seguimos bajando por la pista, y alcanzamos una pradera con una fuente, lugar ideal para descansar y refrescarnos.
Tenemos opción desde aquí de elegir: podemos ir hacia la izquierda siguiendo exclusivamente el trazado de la Ruta Mitológica Leonesa, o «abandonarla» momentáneamente y seguir el PR hacia Salio (recomendado).
Para continuar hacia el valle de Salio, seguiremos por la misma pista por la que veníamos y, tras pasar la Caseta de Henar, llegaremos a una bifurcación, que tomaremos hacia la izquierda.
De pronto, un gran valle se abre ante nosotros. Es un valle inmenso, de grandes praderas, con un arroyo cristalino cuyo rumor será lo único que escucharemos. Es, para mi gusto, lo más bonito de toda la ruta. Dan ganas de echar a rodar por el suelo. Este valle desemboca en las invernales de Salio, ya a orillas del pantano.
Desde aquí, el camino ya no es tan evidente. Volveremos hacia Carande siguiendo una senda que la vegetación y el paso del tiempo se han encargado de borrar. Por suerte, en la app «Maps.me» figura esta senda, con lo que recomendamos su uso en este tramo.
Cuando llegamos por fin a la pista de nuevo, seguiremos por ella, pero atención, ya que debemos desviarnos hacia la izquierda en este punto si queremos ver las dos esculturas restantes de la Ruta Mitológica Leonesa:
Así, volveremos a internarnos en el bosque para ver dos esculturas más:
La Vieya del Monte (Punto 4)
Según la tradición, la vieya’l monte vive en las montañas con un lobo y amasa pan. Si sobraba pan de la jornada de trabajo, se entregaba a los niños diciendo que lo había hecho este personaje.
Seguiremos el camino inmersos en este maravilloso entorno…
El Trasgu (Punto 5)
Esta figura, que nos encontramos totalmente mimetizada con el bosque, se caracteriza por hacer travesuras. Se cuela por la noche en las casas, y puede dedicarse a desordenarlo todo y hacer ruido. Por el contrario, si se le trata bien, puede ayudar a realizar las tareas de la casa mientras todos duermen.
Ahora sí, desde el Trasgu ya podemos retroceder, para retomar el camino por el que veníamos. Bajamos y pronto llegaremos a Carande, punto final del recorrido.
¿Planeas más rutas? ¿Qué tal si echas un vistazo a la del cañón del Tera, en Zamora?
***Abracines***