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Qué ver en Bolivia: lugares recomendados y datos prácticos.

Durante el mes de julio de 2017, mi compañero de escalada y yo, viajamos a Bolivia, aunque es necesario puntualizar que no fue un viaje normal, ni siquiera a un nivel de mochilero. Nuestra idea era ascender una serie de montañas de 5000 y 6000 m repartidas entre la Cordillera Real y la Cordillera Occidental. En los días de descanso entre unas y otras, intentamos por todos los medios conocer algunos lugares clave de este país, por lo que el tiempo destinado a cada lugar fue quizás, un poco ajustado. De todas formas, todo el contenido que se ofrece a continuación es adaptable a todo tipo de viajeros: turistas, mochileros e incluso alpinistas que necesiten algún consejo sobre logística. Sigue leyendo y descubre qué ver en Bolivia

 

¿POR QUE BOLIVIA?

ORGANIZAR EL VIAJE

YA EN BOLIVIA

QUÉ VER EN LA PAZ

EL LAGO TITICACA

CHACALTAYA

CARRETERA DE LA MUERTE

TIHUANACO

EL VALLE DE LA LUNA

LA CORDILLERA REAL

EL SALAR DE UYUNI

EL CAÑÓN DE PALCA

¿POR QUE BOLIVIA?

Ciertamente, la Tierra concentra tantos lugares, paisajes y culturas, todos ellos fascinantes, que a veces resulta complicado elegir el destino de nuestro próximo viaje. En el caso de Bolivia, no hay margen para las dudas, aunando todo lo que un viajero de mochila a la espalda puede desear: variedad de paisajes espectaculares, gentes cercanas y hospitalarias, y lo más importante, un país que todavía mantiene su cultura prácticamente intacta, siendo quizás el país andino más auténtico de Sudamérica.

ORGANIZAR EL VIAJE

Vuelos desde España a Bolivia

Bolivia - Haz La Mochila

Actualmente no hay vuelo directo a La Paz desde España, aunque existe la posibilidad de viajar hasta Santa Cruz de la Sierra y allí tomar otro avión, si queremos llegar a La Paz. Lo más habitual es hacer escala en Lima 0 Santa Fé de Bogotá, dependiendo de la aerolínea que hayamos escogido. Para hacernos una idea, el tramo de Madrid a Lima suele durar unas 11 o 12 horas, y de Lima a La Paz, una hora.

Documentación

Sólo es necesario llevar el pasaporte con una vigencia de 6 meses. Lo mismo ocurre con aquellos aeropuertos de otros países de Sudamérica, en los que hagamos escalas largas que impliquen una salida del aeropuerto para visitar la ciudad.

¿Necesito vacunarme?

Como ocurre en otros países, las vacunas están en función de la zona o región a la que viajemos. A nivel general, la única vacuna exigida en Bolivia es la de la fiebre amarilla, que si bien se trata de una enfermedad que no está presente en todo el país, conviene poner para estar tranquilo. Cuando acudamos a un centro de salud, dependiente de la Junta o de otro organismo público, nos pondrán otras vacunas que son bastante recomendables: el tétanos, tos ferina, difteria, triple vírica (sarampión, rubeola, parotiditis), y hepatitis A y B.

También nos van a preguntar si vamos a viajar a la Selva, en cuyo caso, nos recetarán unas pastillas para la malaria o paludismo, aunque la mejor manera de prevenir esta enfermedad es mediante el uso de repelentes potentes de manera constante, el uso de vestimenta de colores claros de manga larga para piernas y brazos, y mosquiteras para dormir. Lo mismo ocurre con la enfermedad del dengue, presente en las regiones tropicales del país.

YA EN BOLIVIA

En el aeropuerto

Antes de mostrar el pasaporte, deberemos rellenar la tarjeta de inmigración que nos sellarán con la fecha de entrada al país. En algunas compañías, dicha tarjeta es facilitada un tiempo antes de finalizar el vuelo. Es importante conservarla hasta el momento de salir del país, pues nos la sellarán de nuevo con esa fecha, sin contar con el hecho de que la policía nos la podría pedir en cualquier lugar.

La Paz. Aeropuerto del Alto.

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Llegar al Alto en avión supone una experiencia difícil de olvidar. Desde las pequeñas ventanillas es imposible dejar de mirar todo el altiplano coronado al fondo por las espectaculares y blancas cumbres de la Cordillera Real. Pocas veces en la vida bajaremos de un avión y estaremos a 4.150 m, lo que supone un reto para algunas personas que quizás no estén preparadas para adaptarse a tal altitud.

Es importante señalar que El Alto se conforma como una ciudad independiente de La Paz, con lo cual buscaremos la opción que mejor nos convenga para llegar hasta La Paz, situada a unos 3.650 m al fondo de una gran depresión, toda ella rodeada de cañones, barrancos y en algunos lugares, chabolas. Al salir del aeropuerto, tenemos 2 opciones básicas: coger un taxi o coger un mini o colectivo.

Lógicamente el taxi nos saldrá más caro: unos 50 o 60 bolivianos. Si queremos empezar nuestro viaje como tiene que ser, viajaremos en los mini, que son furgonetas en las que entran hasta 12 personas, pudiendo colocar bien atada nuestra mochila en la parte superior. El precio es muy diferente: 3 o 4 bolivianos por persona, comenzando nuestro primer contacto con las gentes.

Dónde cambiar dinero

Como en todos los aeropuertos, existe una oficina de cambio, aunque lo más inteligente es cambiar una pequeña cantidad que nos permita pagar el transporte hacia La Paz y alguna compra que hagamos de alimentos, etc. Es importante que nos cambien en billetes pequeños y algunas monedas, ya que si vamos a un colectivo con un billete de 200 bolivianos no nos darán cambio. Una vez en la ciudad, podremos ir a diferentes bancos y casas de cambio, pudiendo comparar y decidir dónde nos interesa más la tasa de cambio. Otra posibilidad más cómoda y no menos económica es sacar dinero con la tarjeta directamente en los cajeros exteriores de los bancos.

El boliviano.

Hasta 1987, la moneda de Bolivia era el peso boliviano, que tras un proceso de gran inflación se convirtió en boliviano, con una tasa de cambio variable de unos 0´13 euros por boliviano, dividido en 100 centavos. Existen billetes de 10, 20, 50, 100 y 200 bolivianos. Las monedas se pueden encontrar de 5, 10, 20, 25 y 50 centavos y de 1 y 5 bolivianos.

Alojamiento

En La Paz tenemos un gran abanico de posibilidades: desde hoteles de 5 estrellas hasta los más baratos hostels. Todo depende de lo queramos. Si el lujo no es nuestra prioridad, lo mejor es optar por alguno de los diferentes hostels que existen en la ciudad. La parte antigua de la ciudad que comprende la Iglesia de San Francisco, el mercado de las Brujas o la calle Sagarnaga, son lugares bastante buenos para alojarse, aunque los alrededores también tienen ambiente.

Otra opción es escoger alguno de los diferentes hoteles, que aunque sencillos, nos dan la opción de habitación de una o dos camas por unos pocos bolivianos más que un hostel en habitación compartida. Para hacernos una idea, el precio de un buen hostel céntrico en habitación compartida puede ser de unos 80 bolivianos, mientras que una habitación doble en un hotel de dos estrellas, nos costará unos 190 bolivianos. Todo depende del tiempo que no vayamos a quedar en la ciudad, de nuestro presupuesto y, naturalmente, nuestra propia filosofía de viaje.

Nosotros escogimos el Hostal Isidoros, por que estaba situado junto a la estación de autobuses. Después de pasar frío en la ducha y habitación, con un desayuno bastante mejorable, nos cambiamos al Hostal Lion Palace, en la calle Linares. Pagando un poco más, el lugar era más confortable y la ubicación mucho más céntrica, muy cerca de la plaza de San Francisco y el mercado de las brujas. Más alojamientos recomendados en Bolivia, aquí.

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Comer en la Paz

La gastronomía boliviana se caracteriza por la variedad, y en este sentido, comer en esta ciudad constituye una auténtica aventura. Hay infinidad de platos, destacando el plato paceño, el ceviche, el picante de pollo, el silpancho, la patasca, la sopa de maní, el charque, el pique macho, el keperi, el lechon al horno, el caldo de pata, el ají, la papalisa, la planchita, el chairo, los tamales y el cuy.

Es necesario recordar que la patata es el elemento fundamental, no sólo de Bolivia sino de los países andinos, existiendo 33 variedades reconocidas en Bolivia y más de 1500 no reconocidas oficialmente. Entre los postres destacan los alfajores y el panqueque. La gente local no suele ir a comer a restaurantes, ya que si comen fuera acuden a los pequeños puestos ambulantes que se instalan en las calles más céntricas, especialmente las que rodean la plaza de San Francisco. Si las condiciones higiénicas nos hacen dudar, podemos optar por algunos restaurantes de comida rápida en los que es posible probar muchos platos bolivianos.

A lo largo de la avenida de Arce y la 6 de agosto encontraremos muchos locales de este tipo a un precio bastante asequible. Si queremos desconectar un poco de comida boliviana, existe una gran variedad de restaurantes, aunque los italianos son los que más abundan y a veces son la mejor solución. Concretamente, en la calle Tarija se concentran un italiano, un mexicano, un vegetariano un inglés y un americano.

Como en todas las ciudades, en el centro y parte moderna de la ciudad se concentran los locales de reclamo para viajeros occidentales, con unos interiores y productos que les hacen sentirse un poco más en casa. Si queremos hacer una verdadera inmersión en el ambiente de los pequeños locales autóctonos, sólo tenemos que salir del centro, e incluso subir al Alto.

La bebida

Si estamos recién llegados a La Paz, es de bebida casi obligada el mate de coca, una fusión de hojas de coca típica de las regiones andinas de Perú y de Bolivia. Se trata de una bebida milenaria consumida ya sea tanto como estimulante como para curar el soroche o mal de montaña, no siendo dañino ni tóxico. Posee además un valor simbólico y produce además un efecto estimulante similar al del café. Entre otras muchas bebidas, destacan: el jugo de linaza, jugo de quinoa, mocochinchi, el chuflay o la chicha morada. En cuanto a la cerveza, se puede decir que los paceños son bastante aficionados. De hecho, junto a la avenida Ismael Montes y la terminal de buses, se encuentra la fábrica de Paceña, una de las cervezas más populares del país, con unos 4 grados de alcohol y un buen sabor.

QUÉ VER EN LA PAZ

Los mercados.

Son sin duda, característicos de estos países andinos, aunque algunos cada vez más están enfocados hacia el turista occidental, como es el caso del Mercado de las Brujas, en la calle Sagarnaga. Allí predomina la venta de productos textiles hechos a mano a partir de lana de alpacas o vicuñas. Lo normal es regatear el precio con el vendedor, aunque debemos recordar que no estamos en Marruecos. Además de ponchos, jerseys, pantalones o gorros, hay otro tipo de productos relacionados con la cultura popular ancestral que suelen llamar la atención del viajero occidental.

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Tal es el caso de infinidad de remedios para la fertilidad, diversas enfermedades, etc., hechos a partir de ingredientes derivados de animales como el cóndor, la llama o el puma. En algunos lugares veremos incluso fetos de llama colgados de una cuerda, todo ello relacionado con supersticiones que hunden sus raíces en la cultura Aimara, mucho antes de la llegada de los españoles.

También podemos curiosear en los mercados cubiertos, en donde encontramos, sobre todo, alimentación. Además del bullicio reinante, un elemento característico es la mezcla de olores, a verduras, pan, carne, etc, siendo en ocasiones penetrante e incluso nauseabundo cuando pasamos por alguna carnicería. El Mercado Lanza, junto a la plaza de san Francisco es un ejemplo para visitar. Por otra parte, podemos disfrutar de mercados en plena calle, compuestos de puestos de comida y ropa principalmente, en lo que los vendedores, en su mayor parte cholitas, desmontan su puesto al acabar la jornada para comenzar al día siguiente sobre las 6 de la mañana. Hay muchos mercados de este tipo, como el Mercado Rodríguez, en la calle Rodríguez.

La Plaza de San Francisco

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Ubicada en el comienzo de la calle Sagarnaga y junto a la avenida Pérez Velasco, es sin duda uno de los lugares con más ambiente de la ciudad. La Basílica de San Francisco, dedicada a San Francisco de Asís, es un edificio construido entre los siglos XVI y XVIII en estilo barroco mestizo, cuyo interior bien merece la pena una visita debido a la fusión de elementos cristianos occidentales con otros puramente prehispánicos propios de la cultura Aimara. En cuanto a la plaza, su ubicación junto a la calle Sagarnaga y especialmente al mercado de las brujas, la hace gozar de un continuo bullicio, especialmente durante las fiestas julianas, momento en el que durante las noches, se organizan conciertos y representaciones de humoristas.

Las Fiestas Julianas

Para algunos son fiestas Julianas y para otros Julias. De cualquier manera, el significado de estas fiestas se relaciona con la revolución que tiene lugar en la Paz el 16 de julio de 1809, contra el dominio del yugo español. Hubo varias reuniones clandestinas llevadas a cabo por Pedro Domingo Murillo junto con otros revolucionarios para organizar el levantamiento, el cual coincidió con la fecha de celebración de la Virgen del Carmen. Aunque a veces es necesario ajustarse a ciertos meses o fechas para viajar, hacer coincidir nuestro viaje con dichas fiestas podría ser una buena idea.

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Toda la ciudad se vuelca en estas celebraciones a través de conciertos, bailes y desfiles en plena calle, los cuales se desarrollan no solo en el centro, sino también en el Alto, en donde quedarnos asombrados con la variedad de trajes y colores de diferentes grupos que bailaban al ritmo de las charangas, en una atmósfera que parecía remontarse a épocas prehispánicas. Durante estos días, se corta el tráfico en algunas calles, especialmente en la Avenida Pérez Velasco, que adquiere un carácter peatonal y donde en cada parte o rincón es posible disfrutar con un grupo de baile o un concierto de músicos que pueden ser bolivianos o de cualquier país sudamericano.

«Mi Teleférico»

Es el nombre de la empresa que gestiona el espectacular teleférico que conecta La Paz con El Alto y a su vez diferentes zonas del Alto. Su origen se remonta al año 2014, cuando tiene lugar la primer fase de construcción. Hasta este año, se han desarrollado tres fases de construcción, durante las cuales se han ido construyendo diferentes líneas que corresponden a un color. Así, tenemos la azul, verde, amarilla, celeste, etc. Cuando estuvimos nosotros, todavía quedaban algunas líneas por construir.

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Actualmente existen 10 líneas. Verdaderamente el teleférico es un transporte eficaz, ya que diariamente se produce una cantidad enorme de desplazamientos entre la Paz y El Alto. Además de ascender rápidamente hasta El Alto por unos 3 bolivianos por persona, merece la pena montarse sólo por las vistas de La Paz y especialmente el telón de fondo de la Cordillera Real, toda ella salpicada de nevados y masas glaciares.

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Si lo cogemos un día por la tarde, podemos aprovechar la bajada para ver el atardecer, el cual nos dejará fascinados ya que durante estos meses de julio y agosto, los cielos están absolutamente despejados, con unos colores vivos y nítidos. Para más información, podemos visitar http://www.miteleferico.bo/.

LUGARES RECOMENDADOS PARA VIAJAR DESDE LA PAZ

El Lago Titicaca

Qué ver en Bolivia - Haz La Mochila

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Con una extensión de unos 8.562 Km. y una profundidad media de 281 m, es el lago navegable más alto del mundo y un destino obligado en nuestro viaje a Bolivia. El 56% pertenece a Perú y el 44% a Bolivia, aunque el paisaje es similar en ambas partes. Existe infinidad de información en Internet y libros de viaje sobre la geología, fauna, flora, así como de las culturas que se distribuyen en torno al lago y en las islas. Mi intención es describir cómo fue nuestra experiencia y transmitir cualquier información que sea de utilidad. Titicaca es muy grande, y en realidad se puede optar por emplear desde un día hasta una o dos semanas si queremos profundizar en las diferentes islas y tomárnoslo con calma.

En nuestro caso, al día siguiente de llegar a La Paz, decidimos emplear un día para conocerlo, con un doble interés: el lago Titicaca lógicamente, de visita obligada y por otro lado, supone el lugar ideal para comenzar con nuestro proceso de aclimatación, pues no hay que olvidar que su altura media es de 3.800 m, llegando en algún punto a los 4000 m

El día que llegamos a la Paz, a última hora de la tarde habíamos estado investigando cuál sería la mejor manera y transporte para llegar al Lago. Parece ser que Copacabana es nuestro destino, ya que se encuentra a orillas del lago y es de allí de donde parten las embarcaciones que conducen a las principales islas. De esta manera, a través del albergue conseguimos un par de billetes para uno de los muchos autobuses que conducen hacia Copacabana. El trayecto es largo, no exento de vistas espectaculares de la Cordillera Real y el altiplano.

Después de varias horas, llegamos a una pequeña población en la que se corta la carretera debido al lago. Todos lo ocupantes del bus desmontamos, y vamos ocupando por turnos unas pequeñas lanchas que cruzan el tramo de lago hasta la otra orilla. Increíblemente, nuestro bus, así como otros muchos, son colocados encima de balsas de madera que cruzan flotando por las aguas al igual que nosotros. En ese momento te da por pensar si no sería más práctico y seguro construir un puente. Sin embargo, todo ese trajín está dando de comer a mucha gente ya que además de las balsas y lanchas, existen unos pequeños restaurantes y puestos callejeros de comida para aquellos que tienen que esperar a que su autobús cruce el tramo de agua.

Una vez que subimos todos al bus, continuamos el viaje que ya le va quedando poco. Según nos vamos acercando a Copacabana, ya nos vamos haciendo una idea de las increíbles dimensiones del lago, el cual parece un océano sin límites en el horizonte.

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Al llegar a Copacabana, nos dirigimos directamente a la orilla del lago para tratar de contratar un pequeño barco que nos lleve a la Isla del Sol. Sólo tenemos ese día para conocer algo emblemático de Titicaca y tenemos que exprimir el día al máximo. Mientras sale nuestro barco, tenemos tiempo para subir a un mirador emplazado en una colina, desde donde las vistas del lago son únicas y espectaculares. Estamos en julio y lo más normal es que en Bolivia no haya ni una sola nube, ya que allí es invierno por lo que en la sierra y en el altiplano prácticamente no hay precipitaciones.

Qué ver en Bolivia - Haz La Mochila

El lago parece competir con el vasto cielo azul para ver quien de los dos llega más allá en el horizonte. El trayecto hasta la isla del sol dura más de una hora, ocasión para sacar una fotos interesantes de nuestro alrededor y respirar la tonificante brisa. Al llegar a la isla, disponemos de unas tres horas para dar una vuelta. Otros viajeros van con la idea de pasar allí unos días en algún pequeño albergue u hotel.

Como en otros muchos lugares, la huella del turismo ha arrebatado un pedazo del carácter auténtico de este lugar. Parece ser que la Isla está dividida en tres Comunidades: La Yumani en el sur, que es donde van todos los turistas, la Challapampa, al norte, que engloba un pequeño poblado junto a las ruinas de Chinkana y la Challa, en centro. Según hemos oído, lo auténtico es ir a la del norte en donde no existe tanto turismo.

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La del centro no tiene ruinas, pero como es paso obligado para ir al norte y al sur, te hacen pagar unos bolivianos por persona. Como se ha mencionado, sólo tenemos un día para quedarnos con una idea general de Titicaca, aunque nos hubiera gustado visitar la vecina Isla de la Luna, más pequeña que la del Sol. En ella habitan algunas familias de origen aymara y quechua dedicados a la agricultura, pastoreo y venta de artesanía. El mismo panorama fue el que vimos en la del Sol, añadiendo pequeños negocios hosteleros.

Antes de regresar a Copabana, nuestro barco hace una breve parada para visitar unas ruinas incas ubicadas en uno de los extremos de la isla del Sol. Parece que estamos ante una especie de fortaleza de tipo defensivo, dado el pequeño tamaño de las ventanas. Una vez que desembarcamos en Copacabana, está comenzando a atardecer y lo primero que gestionamos es el transporte de vuelta a la Paz, ya que sólo teníamos el billete de la ida. Finalmente, conseguimos plaza para un bus algo diferente al de la mañana, pues es menos turístico, confortable y nuevo. Los ocupantes ya no son todos turistas y viajeros, y ahora viajamos con más gente local.

Todo el trayecto de vuelta hacia la Paz lo hacemos de noche, pues no olvidemos que si vamos a Bolivia por estas fechas, oscurece hacia las 18:00 de la tarde. Otra vez nos volvemos a bajar del autobús para cruzar el brazo de lago. En esta ocasión la espera es más larga que por la mañana, y nos damos una vuelta por lo puestos de comida, aunque sin probar nada pues en un par de días comenzaremos la aclimatación en la montaña y preferimos evitar problemas con la comida.

Finalmente, llegamos a la Paz un poco cansados de tanto autobús pero contentos con la experiencia de haber disfrutado con este entorno. El lago Titicaca se puede visitar de muchas maneras, pero si se dispone de tiempo, lo ideal es dedicar una semana a las dos islas del Sol y la Luna y alrededores. Descubre donde puedes alojarte en Copacabana y en la Isla del Sol haciendo click aquí.

Chacaltaya

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Con este nombre se conoce una montaña de 5.420 m y al mismo tiempo, lo que fue la estación de esquí más alta del mundo, cuyas pistas llegan a los 5.350 m aproximadamente. Situada a 30 Km de La Paz, se halla conectada con ésta a través de una pista de tierra no exenta de ciertos tramos peligrosos con algún precipicio. Con idea de seguir aclimatando, nos pareció buena idea dedicar una mañana para darnos una vuelta por allí, tratando de ascender al pico más alto.

Por la mañana pronto nos plantamos en la estación de autobuses y nos dicen que el bus que hace el viaje hasta la base de la estación, está lleno. Nos dicen también que podemos negociar el precio con algún taxista que quiera llevarnos. Salimos afuera y se lo comentamos a un par de taxistas, quienes prefieren desentenderse tal vez por que no les compensa. En ese momento, viene un joven taxista de unos 20 años quien se ofrece a llevarnos por un precio razonable. Se llama Grover y lleva trabajando en la ciudad desde hace poco, por lo que desconoce la mayoría de lugares clave de las afueras de La Paz.

La carretera va empeorando según vamos ascendiendo en altura y a unos 5200 m aparece la nieve en algunos tramos. Finalmente, conseguimos llegar con el taxi hasta la parte alta, a unos 5.350 m. Allí le decimos a nuestro amigo que nos espere un rato mientras subimos el pico, pues hay poco desnivel y no se pisa nada de nieve. A través de una senda se llega de una manera relativamente cómoda a la cumbre, en donde tendremos unas vistas increíbles de toda la Cordillera Real y de El Alto. Si nos fijamos bien, veremos el techo de la Cordillera, el Illimani y, muy cerca de nosotros, podremos disfrutar con el Huayna Potosí, una montaña de 6.088 m que es sin duda de las más bellas.

Qué ver en Bolivia - Haz La Mochila

Para llegar a esta cumbre, y con tiempo seco, sólo es necesario llevar unas botas o zapatillas de trekking, ropa de deporte y algo de ropa de abrigo. Después de unas fotos, iniciamos el descenso y en un momento nos plantamos junto a Grover. Toca volver a La Paz por esa pista tan típica de los países andinos en donde no te meterías con tu coche ni en bromas. En el camino de vuelta, vamos hablando mucho con Grover pronto hacemos buenas migas.

Al llegar a La Paz, le decimos que queremos contar con él para toda la logística de las siguientes montañas previstas, pues su taxi asciende hasta lugares bastante altos, lo cual supone una ventaja en la aproximación del campo base. Grover sería sin duda un miembro más de nuestra expedición, dada nuestra relación de amistad con él y su gran eficiencia. Si encontramos a alguien de confianza como Grover, es sin duda una de las mejores maneras de moverse por estos países, especialmente si nuestra intención es conocer lugares remotos o ascender montañas.

Carretera de la Muerte

Carretera de la Muerte - Haz La Mochila

Con este nombre, la aventura está asegurada: una carretera que comunica el altiplano con una población tropical, tiene que bajar bastante. Eso es precisamente la esencia de la aventura: hacer uno de los descensos más largos y espectaculares del planeta en bicicleta.

La actividad comienza en La Cumbre  a 4.650 m de altitud y termina en la población de Coroico, a unos 1780 m, ubicada en la región de las Yungas, caracterizadas por valles tropicales y húmedos conformando lo que allí llaman la selva de altura. Aunque siempre podemos tomar un colectivo hasta La Cumbre y tratar de alquilar una bicicleta allí, nos puede resultar más cómodo contratar toda la actividad con alguna de las diferentes empresas locales que se distribuyen por la ciudad, especialmente a lo largo de la calle Sagarnaga y alrededores.

Carretera de la Muerte - Haz La Mochila

Todas ellas nos van a ofrecer el mismo tipo de viaje: traslado en furgoneta hasta La Cumbre, alquiler de bicibleta, pantalones, cazadora y casco, la comida en Coroico y traslado de vuelta a la Paz. No hay que olvidar que la primera parte del descenso trascurre por carretera asfaltada de puerto de montaña. Después de un pequeño picnic que te dan, el descenso continúa hasta llegar a un punto en el que la carretera asciende durante unos kilómetros.

Es aquí donde cargan las bicis en la furgoneta y todos ocupan los asientos. En un punto determinado, sale una pista de tierra hacia un área de parking, que coincide con el inicio de la carretera de la muerte. Toda esta logística conviene tenerla en cuenta si queremos hacer la actividad sin recurrir a una empresa; sin olvidar el hecho de que una vez que hemos llegado a Coroico, deberíamos gestionar la vuelta a la Paz.

Carretera de la Muerte - Haz La Mochila

Existen, por tanto, dos tramos diferenciados en este descenso: el puerto con carretera asfaltada que es en realidad la nueva carretera que sustituye a la carretera de la muerte para bajar a las Yungas. Y, por otro lado, la carretera de la muerte que no es más que una pista de tierra que serpentea las laderas plagadas de masas boscosas. Evidentemente, el paisaje va cambiando a medida que vamos descendiendo, especialmente desde el alto de la Cumbre, en donde solo hay roca, hasta el inicio de la pista de tierra, con abundante vegetación de selva.

Carretera de la Muerte - Haz La Mochila

La temperatura también va aumentando según se desciende. Lo más recomendable es llevarse un gorro o pasamontañas para poner debajo del casco y unos guantes para la primera etapa del descenso, por lo menos hasta llegar al primer picnic. Primero notaremos que nos sobran guantes y gorro y quizás comenzando a bajar por la carretera de la muerte, ya nos sobren los pantalones y la cazadora.

En cuanto a la actividad en sí misma, es obvio que un requisito fundamental es saber montar en bicicleta e incluso no ir demasiado justo. Por la carretera del puerto no hay mucho problema, ya que es asfaltada y lo suficientemente ancha para ir tranquilo. El problema viene en la pista de tierra de la carretera de la muerte, con tramos más estrechos con abundantes baches y piedras que nos pueden hacer derrapar, especialmente en las curvas, las cuales son bastante cerradas con precipicios en el margen izquierdo.

Carretera de la Muerte - Haz La Mochila

Normalmente van dos monitores de la empresa, uno delante y otro detrás. Cada uno lleva un ritmo y velocidad diferentes, pero es conveniente no entretenerse demasiado porque la gente desciende en general rápido. Si queremos ir en cabeza y seguir el ritmo del monitor, no hay más remedio que darle cera a la bici. Si en cualquier momento tenemos la sensación de bajar demasiado rápido, es mejor bajar el ritmo, ya que en algunas curvas nos podemos descontrolar. Tal fue el caso de una chica francesa que me adelantó en una curva y unos metros más adelante, pude ver como derrapaba y caía violentamente a lo largo de la pista. El resultado fue un hombro salido, con mucha suerte de no haber caído hacia el lado del precipicio.

Según vamos perdiendo altitud, la pista gana en anchura y las curvas son menos expuestas. Hay un punto en donde se hace una parada para otro picnic, en donde hay una especie de complejo con cafetería, baños y hasta una tirolina enorme que, aunque no es demasiado impresionante, si es bastante larga. Después de un descanso, la bajada continúa por un terreno mejor y cada vez más ancho hasta llegar a la región de Coroico, aunque no suele hacer parada allí.

A nosotros nos llevaron en furgoneta a un pequeño complejo con piscina y restaurante, en donde comimos y pudimos dar una pequeña vuelta por los alrededores para disfrutar de los árboles y la exuberante vegetación. Ya son muchos días en el altiplano y el hecho de ver tantos árboles y plantas nos hace desconectar del medio inhóspito que impone la altitud. Hacia las cuatro de la tarde, ponemos rumbo de vuelta a La Paz, a través de la nueva carretera que sustituye a la que hemos descendido. Cuando nos vamos aproximando al puerto de La Cumbre, ya es de noche cerrada y la temperatura se hace notar dentro de la furgoneta, haciéndonos poner la ropa que habíamos dejado apartada por la mañana.

Todavía queda un largo descenso hasta La Paz, momentos que aprovechamos para ir hablando de nuestra próxima montaña: el Illimani, punto más alto de la Cordillera Real.

Conclusión sobre la Carretera de la Muerte: actividad imprescindible siempre que tengamos algo de experiencia en bici de montaña y nos sintamos atraídos por el brutal contraste de paisajes. Entre las muchas empresas de aventura, nosotros elegimos “Barro Biking”, en la calle Sagarnaga, 288, galería las Brujas local 10. El precio del paquete depende del tipo de bicicleta que escojamos, siendo la amortiguación el elemento que prácticamente diferencia unas de otras. Nosotros pagamos unos 400 bolivianos con una bicicleta normal, aunque el precio inicial era mayor y regateamos.

Tihuanaco

Tihuanaco - Haz La Mochila

Este yacimiento arqueológico fue una ciudad y centro de la civilización tihuanaco, una cultura preincaica que abarcaba el oeste de Bolivia, suroeste de Perú, norte de Chile y norte de Argentina. Se encuentra a 15 Km al sudeste del lago Titicaca y a unos 70 Km de la Paz. En autobús se tarda aproximadamente una hora y media, por lo que en una mañana podemos disfrutar de sus ruinas con bastante calma. Nosotros fuimos a nuestra agencia de viajes habitual y reservamos el billete de ida y vuelta y, aunque nos daban la opción de tener la comida incluida pagando un poco más, nosotros la descartamos.

Comenzamos la mañana saliendo de la Paz y cruzando el Alto, en donde, como siempre, ya se invierte un rato largo; ya estamos acostumbrados. Al llegar a Tihuanaco, hay que pagar unos 100 bolivianos para extranjeros, que al cambio suponen unos 13 euros. En el bus nos acompañaba un guía turístico que nos explicó todo el yacimiento.

Tihuanaco - Haz La Mochila

En general, la visita es bastante interesante, destacando la Pirámide de Akapana, la Puerta del sol o Puma Punku. Resulta curioso ver como algunas familias bolivianas también visitan el recinto, haciéndole sentir a uno un poco menos turista. Al finalizar la visita, montamos todos en el autobús con destino al pueblo de Tihuanaco, el cual queda muy próximo a las ruinas.

Tihuanaco - Haz La Mochila

Como nosotros no teníamos incluida la comida, nos dedicamos a dar una vuelta por el pueblo mientras picábamos algo. Las sensaciones paseando por las calles son bastante agradables, pues se respira la tranquilidad típica de un pueblo del altiplano andino.

Tihuanaco - Haz La Mochila

Merece la pena acercarse hasta la plaza donde está la iglesia, construida a finales del siglo XVI y declarada monumento nacional en 1945. Este edificio, es un claro ejemplo de superposición de las 2 culturas, prehispánica e hispánica, en cuyos muros se pueden ver algunas esculturas y relieves que extrajeron de la ciudad preincaica.

De hecho, resulta interesante apreciar cómo algunos de ellos cambiaron su identidad de dioses o deidades precolombinas a santos o apóstoles, con la llegada del cristianismo; un claro ejemplo de reutilización de materiales y creaciones artísticas. Ciertamente, y a nivel general, la religión cristiana tuvo que ser absorbida por los pueblos andinos, aunque nunca desapareció el sustrato indígena de sus creencias populares y religiosas. Cuando el resto de nuestro grupo ha terminado de comer, nos subimos todos al bus y volvemos a la Paz., no sin hacer la habitual parada en la que suben al bus unas cholitas para vender algo de comida como empanadas, patatas rellenas o frutos secos.

El Valle de la Luna

Valle de la Luna - Haz La Mochila

Situado a unos 10 Km del centro de la Paz, este lugar pertenece al distrito de Mallasa. Se trata de un paraje espectacular con un gran interés geológico, en donde las montañas de arcilla que ocupaba el valle, fueron erosionadas con el tiempo, creándose un auténtico desierto con formas de todo tipo, con una cierta semejanza a las estalagmitas que se ven en las cuevas. En 1969, cuando Neil Amstrong se encontraba de visita institucional en Bolivia, visitó el lugar y le recordó al paisaje lunar, quedando bautizado el valle con este nombre.

Valle de la Luna - Haz La Mochila

Hay varias maneras de llegar desde La Paz; en la avenida Mariscal Santa Cruz se toma el bus de la línea 11; en la calle México, los minibuses 231 y 273 también llegan; y en cualquier parte de la ciudad donde veamos un bus con un cartel que ponga Mallasa, es otra opción. Por otra parte, también podemos negociar con algún taxista el precio, aunque será más caro, puesto que los minibuses no deberían de costar más de 3 bolivianos.

Valle de la Luna - Haz La Mochila

El precio de la entrada al Valle ronda los 15 bolivianos para extranjeros y 3 para los bolivianos. Nosotros fuimos con nuestro amigo Grover, quien nos llevó en su taxi y entró con nosotros a ver el valle. De esta manera, pudimos charlar con él tranquilamente sobre varias cuestiones de la vida en Bolivia, así como proponerle colaborar con nosotros en la ascensión al Illimani. Existen dos tipos de visita, la corta y la larga, la cual no debería de exceder de una hora y media.

La Cordillera Real

Con una extensión de 125 Km. y unos 20 Km. de ancho, esta cordillera se ubica al sureste del lago Titicaca, siendo bien visible desde El Alto. De hecho, cuando se abandona el aeropuerto para tomar un bus o taxi para bajar a la Paz, la fascinante panorámica de las montañas de 5000 y 6000 metros, recubiertas de masas glaciares, le dejan a uno boquiabierto. Como ya se dijo al comienzo de este artículo, la ascensión de algunas de estas montañas fue el objetivo primordial de nuestro viaje a Bolivia. Para ello, es necesario tener experiencia en alpinismo y aclimatar bien, pues a partir de los 5000 metros, el cuerpo acusa más la falta de oxígeno y es necesario prestar atención a los síntomas del mal de altura.

Voy a describir brevemente las montañas que nosotros escalamos, con el fin de ofrecer información sobre la ruta que lleva a la base de dichos picos, la cual generalmente es apta para todo aquel con una forma física aceptable y ganas de disfrutar con un paisaje único. El Pequeño Alpamayo (5.430 m), el Tarija (5.300 m) y el pico Austria (5.270 m) se encuentran en el Parque Nacional Tuni Condoriri, también llamado macizo de los Condoriris, cuya cima principal tiene forma de cóndor desplegando las alas. Nosotros conseguimos llegar hasta el inicio de la ruta, con ayuda de nuestro amigo taxista.

Cordillera Real Bolivia - Haz La Mochila

El campo base se instala cerca de una laguna glaciar espectacular, con unas vistas increíbles de los picos antes mencionados y otros muchos. Bien merece la pena una visita desde la Paz a este lugar, a donde se puede llegar caminando tranquilamente desde donde nos deja nuestro transporte, y una vez allí podemos alargar nuestra excursión cuanto queramos para acercarnos por ejemplo hasta el inicio del glaciar del Tarija y disfrutar con el espectáculo de hielo y grietas.

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A unos 80 Km de La Paz, tenemos el Illimani, que con 6.438 m es el techo de la Cordillera Real y uno de los lugares en donde se pueden encontrar grandes masas glaciares. La aproximación hasta el campo base, cerca del pueblo de Pinaya, suponen 5 o 6 horas de carreteras infernales sin asfaltar. Nosotros fuimos con Grover hasta el mismo campo base, lo que nos ayudó a conseguir la cumbre al día siguiente y llegar a la Paz en ese mismo día.

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Este lugar lo recomiendo para aquellos más aventureros, pues está bastante aislado y lejos de todo. Más lejos, pero con una carretera buena, se encuentra el Parque Nacional de Sajama, cuya montaña del mismo nombre es el pico más alto de Bolivia con 6.540 m. El viaje hasta la entrada del parque suponen unas 5 horas. Una vez allí, podemos pernoctar en el pueblo de Sajama en donde existen varios hostales.

El Sajama es un estratovolcán ubicado en el desierto, y su silueta se divisa desde todos los sitios. Esta región desértica hace frontera con Chile, destacando otros montes como el Parinacota y el Pomerape. El paisaje desolado y los enormes picos con los glaciares en su parte alta, merecen una visita, por lo menos un par de día por la zona. Por último, a unos 40 km se encuentra el Huayna Potosí (6.088 m).

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La aproximación a su base coincide en gran parte con la del Chacaltaya, aunque en un punto del valle nos desviamos hacia la presa de Zongo. Allí existe un refugio junto a la presa y es desde allí de donde parte la senda que asciende al refugio Campo Alto Roca (5.130 m), punto de partida para hacer la cumbre. Tenemos varias opciones: podemos ir simplemente en algún transporte colectivo hasta la presa de Zongo y pasar el día por la zona admirando la belleza del Huayna Potosí.

La segunda opción sería tratar de hacer alguna excursión por la zona durmiendo en el refugio de abajo o, incluso subir a dormir al refugio del Campo Alto, en donde las vistas compensan la subida. La tercera opción consiste en organizar la ascensión del Huayna Potosí en alguna de las oficinas de guías de montaña de la Paz, ubicadas la mayoría de ellas en la calle Sagarnaga.

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Nosotros coincidimos con bastante gente que había elegido esta opción, pese a que muchos de ellos nos eran alpinistas. Con ayuda de un guía y con una forma física más que aceptable, si conseguimos aclimatar bien, es posible hacer cumbre. Aunque nosotros nunca vamos con guía a las expediciones, tengo que decir que el Huayna no es una montaña fácil para llevar a gente sin experiencia en alta montaña, especialmente si tienen que escalar con crampones una canaleta a 65 grados o atravesar una arista de roca y hielo para llegar a la cumbre.

Cada uno debe ser consciente de sus capacidades y límites. Bolivia es un país con patrimonio natural enorme, variado y espectacular. Dedicar unos días a conocer diferentes lugares de la Cordillera como los que he comentado, merece bien la pena no sólo por los paisajes sino por las gentes que nos vamos encontrando en pequeñas aldeas, sin olvidar la variedad de camélidos que pastan libremente como las vicuñas, llamas o alpacas.

El Salar de Uyuni

Salar de Uyuni - Haz La Mochila

Tras haber ascendido el Sajama, la cumbre más alta de Bolivia, es momento de conocer un poco más el país. Sólo disponemos de un par de días, ya que nuestra fecha de regreso a España está a la vuelta de la esquina. Volvemos a nuestra ya conocida estación de autobuses y hacemos un sondeo entre las diferentes empresas para indagar cuál de ellas nos ofrece el mejor precio para viajar a Uyuni.

Hemos cogido un billete para el día siguiente, saliendo a las 20:30 de la tarde. La idea es hacer noche en el autobús y llegar al Salar por la mañana pronto, aprovechando todo el día y tomar a las 20:30 otro autobús para volver a la Paz. De esta manera, nos ahorramos dos noches de hostal y nos hacemos una idea general de aquel lugar. Como siempre, tardamos mas de una hora en salir de la Paz y el Alto.

La carretera hasta Uyuni es bastante buena y los asientos reclinables del autobús son confortables permitiéndonos echar varios sueños. Hacia las 6:30 de la mañana, llegamos y lo primero que hacemos al llegar es comprar los billetes de vuelta. El frío es intenso y nos recomiendan una pequeña cafetería que es el único lugar abierto para desayunar. Cuando llegamos a la cafetería Satori, casi no hay sitio pues todos los viajeros y mochileros están atrincherados para evitar los 9 grados bajo cero del exterior.

Después de desayunar, hacemos otro sondeo para elegir la empresa que nos lleve en 4×4 para visitar todo lo que podamos del Salar. Justo debajo del cafetería, nos ofrecen un precio interesante con comida incluida en el Hotel de Sal. Disponemos de una hora larga para dar una vuelta por Uyuni, ya que todavía es muy pronto. El sol calienta algo más pero sigue haciendo un frío intenso. No olvidemos que esta población está a unos 3600 m y su ubicación al sur de Bolivia la vincula más con el clima de Chile, cuyas temperaturas en este mes son invernales.

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Llegado el momento, nos reúnen a todos juntos al todo terreno. Somos 6 o 7 personas de varias nacionalidades con un conductor que va explicando alguna cosa mientras conduce. Primero paramos en el Cementerio de Trenes, una suerte de vertedero de hierros, vagones y máquinas que rápidamente es invadido por turistas, quienes se suben a los vagones para hacerse una foto. La presencia de una gran cantidad de basura por el campo y el carácter desolado del lugar hace que sea perfectamente prescindible.

Salar de Uyuni - Haz La Mochila

A continuación, nos adentramos en el Salar y entonces nos animamos al contemplar la vasta superficie que se prolonga unos 10.582 km ². Con importantes cantidades de potasio, boro y magnesio, el Salar alberga la mayor reserva de litio en el mundo. Vamos haciendo sucesivas paradas para realizar fotografías, algunas de ellas bastante divertidas. Hacia la 12:30 visitamos el Hotel de Sal y comemos allí dentro. Nuestro guía saca unos recipientes de arroz, ensalada y pollo y comemos todos juntos en una mesa acompañados por los demás turistas con sus guías.

Dentro del hotel no hace calor precisamente y seguimos con la chaqueta de plumas. Antes de marchar, hacemos un par de fotos de este original establecimiento, todo ello construido por sillares de sal. La siguiente parada es la Isla del Pescado o Incahuasi situada al sur del salar. Esta completamente desierta, salvo un par de establecimientos y su peculiaridad la conforma la presencia de unos cactus gigantes de hasta 10 metros de altura. Para acceder a la parte alta de la isla, es necesario pagar unos bolivianos. Nosotros nos limitamos a dar un paseo por la zona baja y comer y beber un poco. Hace poco que hemos bajado de una montaña de 6500 m y el cuerpo no está recuperado del todo.

Salar de Uyuni - Haz La Mochila

Después de la isla, recorremos una gran distancia con el coche para llegar a una zona en la que hay agua encima de la sal. El objetivo es contemplar el atardecer desde este lugar, ya que los últimos rayos solares crean un espectacular reflejo sobre el agua y la sal., dando la sensación de que estamos en otro planeta. Prácticamente de noche, vamos volviendo hacia Uyuni, dando por concluido el tour. Hasta las 20:30 no sale nuestro bus, por lo que disponemos de casi dos horas para tomar algo en alguno de los restaurantes de la zona.

El frío se acentúa y casi nadie queda paseando por las calles. La vuelta a la Paz nos supone otra noche de sueños interrumpidos por algún bache o alguna de las paradas que hacemos en un área de servicio. Para concluir, la visita del Salar, al igual que el lago Titicaca, se puede plantear de varias maneras. Aunque nosotros estuvimos un día, lo más recomendable es disponer de entre 2 a 4 días para visitar otras partes de salar así como ver algunos animales tales como el flamenco, la vicuña o la vizcacha boliviana.

Salar de Uyuni - Haz La Mochila

Si decidimos ir un día, los billetes del bus y el tour se pueden ir mirando sobre la marcha en Uyuni. Para visitas de más de dos días, podría ser más recomendable contratar el alojamiento y el transporte con alguna agencia de la Paz, con el fin de ir más tranquilos. También existe la opción de adentrase en el Salar por tu cuenta, suponiendo una experiencia más auténtica, evitando los típicos lugares atestados de gente. El inconveniente de esta opción es el mayor riesgo que corremos debido a que necesitamos un coche para movernos por las enormes dimensiones del Salar, donde es muy fácil perderse.

Cañón de Palca

Cañón de Palca - Haz La Mochila

A unos 17 km del centro de La Paz, se encuentra este paraje singular cuya visita merece bien la pena, dado el gran interés geológico y el hecho de que está bastante menos masificado que el valle de la Luna. Se trata de un lugar ideal para perderse por un gran desfiladero flanqueado por enormes torres de piedra de hasta 200 m de altura, con vistas espectaculares del pico Illimani, techo de la Cordillera Real (6.430 m) y el Mururata con 5.869 m. Para llegar a la zona, podemos tomar el transporte interprovincial que va a Palca, calle Lara esquina Boquerón ,San Pedro.

Nosotros, como no podía ser de otra manera, fuimos en el taxi de nuestro amigo Grover, con quien hicimos parte de la ruta, dejando el auto cerca de Palca. La ruta entera comienza en Abra de Ovejuyo y recorre el gran cañón durante unos 8 km para terminar en Palca. Además de la roca, toda la vegetación que nos vamos a encontrar se reduce a pajonales, un tipo de vegetación herbácea que sirve de pasto para el pasto estacional, donde predominan los camélidos.

Cañón de Palca - Haz La Mochila

También encontraremos flora cactácea, con presencia de cactus de diversas de especies adaptadas a este clima árido y seco. De esta manera, la estación de lluvias en Bolivia abarca desde diciembre hasta marzo y lo más recomendado es visitar el cañón durante la época seca. Un poco más cerca de La Paz, se encuentra el Valle de las Ánimas, con características similares al Valle de la Luna.

Cañón de Palca - Haz La Mochila

Su visita se puede hacer junto con la de Palca, pues está de camino. Nosotros no tuvimos ni tiempo ni energía, ya que acabábamos de ascender el Sajama, techo de Bolivia y realmente teníamos cansancio acumulado. Por lo que pudimos ver desde el taxi, merece la pena darse una vuelta por allí con la cámara en mano, con un aspecto más auténtico que el Valle de la Luna.

Recomendaciones de alojamientos

Desde Haz La Mochila recomendamos los siguientes alojamientos:

Alojamientos recomendados en La Paz:

Por cercanía a la estación de autobuses, podemos alojarnos en el modesto Hostal Isidoros. Reserva desde aquí.

hostal Isidoros

Más confortable y céntrico es el Golden Palace (y su precio es más que conveniente). Reserva desde este link.

Golden Palace La Paz

Alojamiento recomendado en Copacabana

En Copacabana, puerta de entrada al Titicaca, podemos alojarnos en una habitación doble con baño al precio de una cama en un hostel. Se trata del Hostal Yolin, en la orilla del lago y al lado del centro de la ciudad. Incluye desayuno. Entra aquí y reserva. 

Yolin Copacabana

Alojamientos recomendados en la Isla del Sol

En la Isla del Sol, es muy recomendable quedarse en la tranquila y apacible zona sur, donde habita la comunidad Yumani. El Hostal Tawri ofrece cuidadas habitaciones dobles a un precio muy conveniente. Click aquí.

Hostal Tawri Isla del Sol

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Por David

Mi nombre es David Puente y nací en 1979 en León. En 2003 me licencié en Historia del Arte y unos años después comencé a formarme como guía de escalada, cuevas y barrancos. Junto con mi afición a los deportes de montaña y aventura siempre he manifestado una enorme pasión por viajar, visitando países de Europa, Oriente Medio, Asia y América del Sur. Mi interés por la difusión y la comunicación me ha llevado a participar en algunos programas de radio y crear varios audiovisuales de mis viajes, los
cuales han sido presentados en algunas ciudades de España.

Una respuesta a «Qué ver en Bolivia: lugares recomendados y datos prácticos.»

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